HIPERACTIVIDAD INFANTIL

¿Qué es la hiperactividad infantil?

Si nos ceñimos a lo que se conoce como TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad), estaríamos hablando de un trastorno infantil de carácter neurobiológico que implica un patrón de déficit de atención, falta de control, ansiedad y, en casos extremos, de problemas de disciplina, alteraciones del sueño, problemas en el aprendizaje, etc. El TDAH es crónico y afecta a entre un 5 y un 10 % de la población infantil.

Sin embargo, en Gorobel Fisioterapia tratamos la hiperactividad dentro del marco de patologías que dificultan el aprendizaje como pueden ser problemas de concentración y organización, eneuresis nocturna, mareos, problemas de lectura y escritura, dispraxia, dislexia, problemas de coordinación, etc. Todos ellos relacionados con el funcionamiento del equilibrio.

¿En qué consiste el tratamiento de la hiperactividad infantil?

Existen varios tratamientos al respecto: psicológico, psicopedagógico, farmacológico, multimodal, neuropsicológico y tratamientos alternativos como la estimulación auditiva o la psicomotricidad. En Gorobel Fisioterapia apostamos por el tratamiento fisioterapéutico del sistema propioceptivo y del equilibrio desde una perspectiva global y como práctica complementaria a los tratamientos convencionales. Nuestro objetivo: aumentar la capacidad de coordinación e interacción del niño o niña con hiperactividad y/o déficit de atención a través de un programa no invasivo que ayude al niño o niña a adquirir las herramientas necesarias para superar sus problemas de aprendizaje.

Para ello, diseñamos un tratamiento individualizado que se adapte a las necesidades del menor con dificultades de aprendizaje y a la intensidad de los síntomas después de:

  • Identificar si existen factores físicos que agraven el problema del niño o niña (problemas musculo-esquelético) así como el origen de la causa.
  • Evaluar la coordinación oculomotora, el equilibrio, la conciencia corporal, reflejos primitivos, etc.
  • Ofrecer a los padres apoyo y formación acerca de qué ejercicios pueden poner en práctica para favorecer la maduración del sistema propioceptivo y del equilibrio.

Este tipo de tratamiento se realiza dentro de un marco multidisciplinar en el que tienen cabida otros profesionales sanitarios como son psicólogos, pedagogos, etc., que con sus respectivos procesos contribuirán a la consolidación y desarrollo de una respuesta global al problema de la hiperactividad en el niño o la niña.

Cómo detectar la hiperactividad infantil

Algunos de los síntomas apreciables en un niño o niña con hiperactividad son los siguientes:

  • Escaso nivel de autocontrol, impulsividad.
  • Problemas de atención y falta de constancia.
  • Imposibilidad de quedarse quieto o en silencio en situaciones que lo requieren.
  • Agresividad e indisciplina.
  • Estado de ansiedad y excitación extremas constantes o muy frecuentes.
  • Problemas de coordinación motora.
  • Poco interés en juegos pasivos y que requieren un mayor nivel de concentración.
  • Desorganización.
  • Impaciencia.
  • Alteraciones del sueño.
  • Trastornos del lenguaje y aprendizaje.

Debemos tener en cuenta que no todo lo que puede parecer hiperactividad infantil lo es. De hecho, para que las conductas anteriormente descritas puedan hacernos sospechar de un TDAH, estas deberían presentarse de forma destacada respecto a otros menores, continuada en el tiempo y en prácticamente todos los ambientes en los que se mueve el niño o niña normalmente (ámbito familiar, escolar, etc.). Además, debemos asegurarnos de que dichos comportamientos no son fruto de un problema médico.

Beneficios del tratamiento de la hiperactividad infantil

  • Incremento notable de la calidad de vida del niño o niña al mejorar su adaptación a los entornos familiar, social y académico.
  • Mejora del aprendizaje y respuesta a los objetivos académicos.
  • Mejora de las relaciones con amigos y compañeros.
  • Mejora de aspectos organizativos.
  • Asunción de estrategias y técnicas para el autocontrol y la resolución de problemas.
  • Mejora de la expresión emocional.

¿Has observado a tu hijo o hija y detectas problemas asociados a la hiperactividad infantil?

 

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