OBSTRUCCIÓN DEL LAGRIMAL

¿Qué es la obstrucción del lagrimal en bebés?

Algunos niños y niñas nacen con el conducto lagrimal obstruido, lo que se denomina “obstrucción congénita del conducto lacrimal”. En un principio, esta patología no debería suponer un problema para el bebé pues, al cabo de un año, la situación mejora por sí sola al madurar el sistema de drenaje. Sin embargo, no siempre es así y el bebé necesita fisioterapia especifica para el tratamiento del conducto lagrimal, ya que, de lo contrario, podría verse afectado por infecciones, inflamación en los ojos, etc.

La obstrucción del lagrimal en bebés puede deberse al bloqueo permanente de la pequeña membrana que sella el conducto nasolagrimal del feto en el útero materno y que se abre en el momento de nacer, pero también puede estar relacionado con una infección, inflamación o lesión en los ojos, aunque no es lo más habitual en niños y niñas recién nacidos.

La obstrucción del lagrimal puede ser parcial o completa, y afecta, normalmente, a un solo ojo.

¿En qué consiste el tratamiento de la obstrucción del lagrimal en bebés?

La terapia a seguir consiste en el desarrollo, durante varias sesiones (habitualmente, pocas), de una técnica de masaje craneal, facial y de drenaje específicos que permiten el desbloqueo y la liberación del conducto.

Además, ofrecemos a los padres información acerca de qué deben hacer para mantener la higiene de la zona en todo momento y evitar así infecciones.

¿Cuándo debemos acudir a la fisioterapia para el tratamiento de la obstrucción del lagrimal en bebés?

En caso de infecciones periódicas en los ojos (Inflamación y enrojecimiento).

  • Aparición constante de legañas.
  • Coloración de las lágrimas.
  • Lagrimas y humedad constantes en uno o los dos ojos del bebé, niño o niña.

Beneficios del tratamiento de la obstrucción del lagrimal en bebés

La evaluación y tratamiento fisioterapéutico de la obstrucción del canal lagrimal mediante terapia manual evita la aparición de infecciones y las elimina si ya se han producido.

Además, mejora la visibilidad del menor y, en definitiva, su calidad de vida al combatir la continua humedad del ojo.

¿Has observado a tu hijo o hija y detectas problemas derivados de la obstrucción del lagrimal?

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